Mamá no contestaba su celular, pero no era ninguna novedad. Ya me había acostumbrado a su falta de atención. Cerré el teléfono, enojada.
- Vamos, ¿realmente tenías la esperanza de que te atendiera? - se rió Edgard, mientras jugueteaba distraídamente con mis dedos en medio de la clase, a dos minutos de tocar el timbre de salida.
- Pero por suerte tengo al mejor amigo del mundo que me va a llevar en su auto -le dije, sonriendo.
- No puedo llevarte, iré a casa con mi novia - dijo seriamente, y se levantó para salir del salón ya que había tocado el timbre de salida. Cargué mi mochila y lo seguí con prisa.
- ¿¡Novia?! ¡Edgard! ¿Tienes novia? - su rostro no mostraba cambio alguno. Asintió, con seriedad. Una piedra cayó en mi estómago, era muy celosa con él. Luego de un momento, me sonrió. Había caído. Caminamos hasta su automóvil, riendo y saludando a los conocidos.
- ¡Te veo esta noche, Isa! - me dijo Samantha Noughar, al verme pasar. Esa muchacha irritante se creía mi amiga, pero cada vez que pasaba tiempo con ella, sólo pensaba en retirarme.
Subimos al Sedán de Edgard, y puso, como era costumbre, el CD de Muse. Comenzó a sonar Starlight.
- ¿Cómo estas? - me preguntó.
- Eso se pregunta a la mañana, apenas me saludas, ¿sabías? - le respondí burlona. Él no se rió.
- Ya sabes a que me refiero - me habría gustado que la gente esquivara el tema, como lo hacía yo. De sólo escuchar su nombre, o de pensar en ello, sentía que mi corazón, lacerante, comenzaba a latir cada vez más despacio pero haciendo una gigantesca presión en mi pecho, sintiendo que lo abriría en dos. Agaché la mirada, pero la subí de nuevo para evitar que las lágrimas saltaran -. Ya sé que no te gusta hablar del tema, Is. Pero ya han pasado tres meses. Tienes que enfrentarte. Mi cumpleaños se acerca, y vas a tener que verlo.
- Mi iré antes.
- No. Quiero que pases toda la noche conmigo el día de mi cumpleaños.
- Estaré bien, entonces. No te preocupes por mí. Ya sé como manejarlo.
- Sólo te quiero ayudar, pero tu tienes que dejarme.
- ¿Él como está? - le pregunté, cambiando de tema.
- Bien. Él está bien -. en su rostro se escondía algo.
- Volvió con ella, ¿verdad? - hizo un asentimiento casi imperceptible, mientras frenaba frente a mi departamente.
- Está bien, él es libre. Yo también. El hace su vida, yo también -. Edgard me tomó la mano y me dijo, mirándome a los ojos.
-No te engañes, Isabella. Tu puedes tener la libertad de estar con otros hombres, pero tu corazón no es libre. Y sólo lo será cuando aceptes el hecho de que lo extrañas, y de que estás terriblemente mal. Cuando aceptes eso, sólo así podrás comenzar el proceso de olvidarlo -. Me bajé del auto furiosa. Mi amigo estaba acostumbrado a que yo huyera de la verdad. Pero no podía seguir escuchando.
Entré a casa, preparé un baño. Me serví un poco de licor de chocolate y subí al máximo el volumen de la música ruidosa que tanto me desestressaba. Los momentos vividos, su rostro, sus besos, sus caricias, sus palabras comenzaron a agolparse en mi mente. Las bloqueé antes de que las cosas siguieran su curso, pero ya era demasiado tarde. Tendría que pagar las consecuencias. Su abandono resonó en todo mi ser, destrozándolo. Quería concentrarme en la música, en la batería, en la voz, en la letra. Pero mi cuerpo parecía recordar por sí solo todas las sensaciones que había tenido en aquél momento cuando tres palabras me tiraron el mundo encima. "Ya no te amo".
Isabella

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Neo-Boheme. Heartbroken poetry soul Scientific name: Slut, biatch, FRIEND. Temporary Anesthesia: Alcohol, Party&Sex (not w a totally unknown) Cure: A new Love (hard to find) Adictions: Sex, Party Talents: Fashion, Music, Sports, Parties Deffects: Scared of Love, unfaithful, bad, mad Hate: Maths, Physics, Bugs, Boring saturday nights Love: Books, Music, Boys Catch Phrases: "I get what I want" or "YES!!" Secret: Heartbreak and deep sadness
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