DIARIO DE UNA FUTURA M.D.

Si, soy feliz. Más en este momento de mi vida. Tengo infinidad de razones para estarlo. Salgo con alguien más bueno que el pan, que al parecer me quiere y que yo lo quiero mucho a él, además que me encanta. Amo la carrera que elegí y encima me saqué (además del 8 en Epistemología) un 6 en introducción y un 6 en el final del cursillo. Me siento inteligente, útil y entusiasmada. Me adecué perfectamente a la familia nueva que tengo en casa, y estoy en una semana sin clases, donde aprovecharé para estudiar para mi primer práctico de Niñez, y voy a poder jugar a El Código Da Vinci y a Airbone Troop, y ver infinidad de películas. Como siempre tengo a mis excelentes amigas ahí para mí. ¿Qué más puedo pedir?

No pido nada, pero a veces lo extraño. Yo sé que es por la fucking culpa de la regla, que cuando viene se, es ley que extrañás a tu ex. Siempre me pasó que cuando me acordaba de él, se me estrujaba el corazón del dolor, del odio. Pero ahora extraño su perfume, extraño su piel, extraño su calor. Sus abrazos fuertes y su torso desnudo, nada fuera de lo común pero lleno de seguridad. Sus besos apasionados, sus besos suaves, nuestras charlas nocturnas eternas. Nuestras discusiones llenas de fundamentos en las que siempre ganaba él, su eterna, insoluble y vana confianza en mí. Su falta de termo al compromiso y al saber público, y su humor por las noches. Sus chistes y sus palabras, sus te amo. Sus pestañas y el olor a perfume de carnaval que se desprendía de su piel. El susurrar de mi nombre cuando lo besaba en el cuello o los abrazos tiernos por la mañana. Sus gestos y su lucha por la vida, sus obviedades y sus credos. Su egoísmo y su orgullo, su capacidad de querer. Su bronca por los anteriores que me lastimaron y su ayuda para ser alguien mejor. Sus buzos siempre calentitos y sus eternas zapatillas de mujer. Su sonrisa perfecta y la suavidad de sus dientes. Su odio por todo y su amor hacia mí. Su extrema fidelidad y seriedad, y su falta de sospecha ante mis engaños. Su eterna y vana confianza. Su respiración agitada, sus manos. Su rostro al tocar la guitarra y su vergüenza al cantar. Su capacidad de ser tan correcto con la hipocresía de la rebeldía.

Así y todo, luego vienen los caprichos. Su eterna persistencia en tener la razón y su egoísmo sin fronteras. Su excesivo temor a dejar de lado a sus amigos o su familia, y la falta de atención. Los "no" o "no puedo", y la falta de un "te quiero". El poco interés en mi vida y la falta de valor para expresarse. Su negación a venir conmigo y mi persistente e insoportable reclamo de atención, mendigando amor. Sus terribles palabras a través de la computadora y la peor noche de mi vida donde me despertaba a cada rato y al recordar tu rostro lloraba. Mi falta de voluntad, fuerzas y motivación. Mi resignación a la vida por haber hecho las cosas mal y haber obtenido lo que merecía. Mi intención de remendar mis errores y tu debilidad por la carne humana. Tu beso desesperado y mi alivio por haber sentido tu aliento otra vez. Mi corazón apretujado ante la idea de que te arrepentías, y después la noche mágica en que me robaste todo.Y qué tarada fui al creer que podría, una vez sanados mis errores, volver a ser lo mismo de antes cuando nunca me amaste de verdad. Cuando lo que me hiciste saber era todo un engaño.

¿Cuándo llegó a convencerte el maldito despecho, que un clavo saca a otro?

Y al final, todo porque sos tan idiota que seguís enamorado de la pendeja de tu ex, que no te soporta y no te banca como todas se cansan de vos. Y si bueno, necesita echar un poco de mierda. Pero no se olviden que a pesar de todo esto, ¡soy muy feliz!